Historia de las casas prefabricadas – ¿cómo surgió la idea de transportar mercancías con contenedores?

¿Porqué no cargar todo el camión de una sola vez en el barco en lugar de ir caja a caja?

Con una pregunta así de simple, mientras esperaba apoyado en la rueda de su camión, un joven camionero de 21 años estaba a punto de reinventar la rueda, revolucionando todo el sistema de transporte global existente en el planeta.

El Joven Malcom McLean

Malcom Purcell McLean, nacido en 1913 en Carolina del Norte (U.S.A.). Se crió en una granja durante la gran depresión. Fué allí, con el duro trabajo físico que debía realizar, dónde decidió que ese no iba a ser su destino. Nada más acabado el instituto, se puso a trabajar en una gasolinera cercana a su casa. Un día llegó un constructor buscando un camionero con camión propio. McLean se fué al concesionario Ford más cercano, compró una camioneta de segunda mano por 120$ y empezó a trabajar para él. Pronto se dió cuenta que era capaz de hacer dinero con una empresa de transporte y empezó a ampliar la flota. Lejos estaba de imaginarse que, con esa simple camioneta, iba a lograr la segunda flota de camiones más importante de todos los Estados Unidos, con 1770 vehículos y 32 terminales de carga.

El germinar de una idea

Pero llegar hasta ahí no fue tarea fácil. Para una empresa de transportes en fase de creación, mantenerse viva en el mercado no resultaba un arduo trabajo. Y menos aún tras las fuertes tormentas de hielo y nieve que asolaron los Estados Unidos en 1936, y que provocaron graves accidentes y la paralización total del transporte por carretera. Pero un año después, mientras esperaba, en el muelle de Hoboken en Nueva Jersey, apoyado en la rueda de su camión a que cargaran en un barco, una a una, las balas de algodón que transportaba, surgió la idea. «Que fácil sería, si se pudiese cargar el camión entero en el barco de una sola vez».

Luchar contra el sistema

Aunque la idea de transportar materiales en contenedores no era nueva por aquella época (ya desde principios del siglo pasado se empleaban cajones metálicos para transportar mercancia). Ninguno de esos sistemas estaban estandarizados, sino que cada ruta comercial empleaba el suyo propio. La idea de crear contenedores metálicos estandarizados a la medida de los camiones, cargando espacio útil de transporte, fué la que surgió en ese momento. Pero el camino para implementar el sistema fue largo y difícil. Ninguno de los sectores que podrían beneficiarse de este nuevo sistema estaba dispuesto a perder tiempo y dinero en una idea como esa. Fundamentalmente debido a la opacidad de estos sectores, que veían como podían decidir los precios, incrementándolos a su gusto y aleatoriamente como mejor les convenía. La idea de que una máquina hiciera el trabajo de 20 hombres no les resultaba atractiva, que un barco pudiera estar amarrado en puerto unas horas hasta ser cargado en lugar de días, era el final de la venta ilegal de mercancías, de la cultura de bar de puerto… Era inimaginable que aquel chico de campo quisiera cargarse todo eso de un plumazo.
A pesar de todo, cuando una idea revolucionaria surge, su realización tan solo puede aplazarse, pero jamás detenerse. En el caso de los ISO Containers hicieron falta 20 años. Y así fue, con todo el mundo dándole la espalda, una empresa a punto de quebrar, McLean decidió coger un camino alternativo. Habló con sus hermanos, los incorporó a su empresa y empezaron a abrir terminales de carga por todo el país, cambiaron los sistemas de trabajo realizando programas de entrenamiento a sus camioneros, y abandonaron la asignación de camiones a cada persona, cualquier empleado podría conducir no importaba que camión de la empresa. Y fue en 1955, tras largos años de duro trabajo, cuando tuvo el capital suficiente como para poder llevar a cabo la idea que había tenido 20 años antes. Crear un sistema universal de transporte que sirviera para cargar mercancias en camiones, trenes y barcos por igual.

La culminación de un sueño

Desde que recibiera, años antes, la negativa por parte de las diferentes ramas de empresas dedicadas al transporte, decidió lograr tener su propia compañía marítima para culminar su idea por si mismo. Compró la Pan-Atlantic Streamship Corporation después de pelear con ahínco para lograr un prestamo que sobrepasaba su límite bancario. Sus competidores dieron la voz de alarma, acusándolo de competencia desleal, al incumplir la ley anti-monopolio existente entonces, la cual prohibia a las compañias de transporte terrestre operar maritimamente al mismo tiempo. Esto puso a McLean en una nueva encrucijada que lo llevó a vender la empresa de transporte terrestre que había creado desde la nada. Los expertos estaban seguros de que la nueva aventura de McLean estaba abocada al fracaso al no conocer los medios de transporte marítimos. Pero lo que ellos no llegaban a entender entonces es que, para McLean, no había ningun cambio en el modelo de negocio, seguía dedicándose al transporte de mercancías. Tan sólo cambiaba los camiones por los barcos.

En 1960 la Pan-Atlantic Steamship Corporation fue renombrada como Sealand Services.

Su sistema de transporte de mercancias se extendió como la polvora. Ayudada por el conflicto bélico de Vietnam, introdujo su sistema en el sudeste Asiático. Pronto anunciaría una nueva línea marítima que llevaría un barco entre Europa y América cada dos días, el tiempo que se empleaba en cargar y descargar un barco.

El transporte marítimo tal y como lo conocemos hoy, acababa de nacer.

Y a partir de esta genial idea, surgió la nuestra de fabricar una casa con un contenedor marítimo.

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Bibliografía

CONTAINER ATLAS. A practical guide to container architecture. Slawik, Bergman, Buchmeier, Tinney (Eds). Editorial Gestalten.
Silvia Jamart. http://blogistica.es/historia-del-contenedor/
http://en.wikipedia.org/wiki/Malcom_McLean
http://queaprendemoshoy.com/malcolm-maclean-y-la-caja-que-cambio-el-mundo/